Comerciante bajo anonimato cuenta versión de lo ocurrido en Tumeremo.
La presencia del Ejército de Liberación Nacional de Colombia (ELN) en territorio venezolano, específicamente en el estado Bolívar, no es nueva para los habitantes de esta región al sur del país. Aseguran que se trata de contingente“grande de más de 600 hombres”, que han venido tomando el control de las minas de sur a norte.
La otra cara de la moneda son los denominados pranes, que no son otra cosa que antisociales que en la facilidad de comerciar el oro extraído de forma ilegal de las minas, hacen de ello su modo de subsistencia. Además de“administrar los yacimientos”, trabajarlos, como dicen en la zona a lo largo de la troncal 10 desde El Callao hasta el kilometro 88 y más allá, cobran vacuna a los comerciantes en los diferentes pueblos, inclusive en el centro de San Félix.
Una persona que recorre estos pueblos cada semana, pues es comerciante, y muchas veces tiene que pernoctar en estos caserios, aunque tiene residencia en Santa Elena de Uairén, conversó con Venepress bajo el anonimato. “Hay miedo y tenemos familia, por eso resguarda mi nombre”, dijo antes de contar una versión de lo sucedido en Tumeremo.
“Hace como seis meses los malandros o pranes como los llaman, convocaron a los guerrilleros a una reunión, y los guerrilleros a ver que pescaban, fueron a la reunión.
Algo pasó en la reunión, que los malandros se engorilaron y mataron a seis guerrilleros”, comentó. Manifestó que los insurgentes colombianos se marcharon, se fueron a la selva tras el altercado. “Los guerrilleros se enconcharon. ¿Qué es lo que pasa?, un guerrillero vale como por 500 malandros, porque esos bichos son entrenados, son inteligentes, son educados, están preparados, saben moverse en la selva, tienen armamento, donde ponen el ojo ponen la bala”. Así describe la fuente al guerrillero del ELN. “Son unos Rambo”, afirmó.
Después de esto, según la narración del comerciante, los guerrilleros se replegaron por un tiempo. Dejaron pasar cerca de seis meses. “Los malandros” estaban sobre-aviso de que en algún momento “los colombianos” iban a cobrar sus muertos. “Los estaban guisando, cazando, ´El Coporo´ se salvó porque había salido con un lote y se devolvió, sólo lo hirieron, es decir no llegó a estar cerca de la candela, sin embargo cobró”.
“Yo he conversado con amigos, dueños de molinos en Tumeremo, y me dicen que esos tipos son educados, super preparados, trabajan con internet, sus armamentos son de primera andan bien vestidos, son tipos serios no se caen a palos, no se drogan.
Por el contrario, los pranes son otra cosa, quieren drogas, mujeres, prostitución, tener plata, comprar una moto, rumbear en el pueblo, pero se engorilan mucho y saben que con la guerrilla no se juega, en este hecho se pasaron por eso sabían que estaban sentenciados. `El Coporo´ está enconchao, el heredó a `El Topo´ y Al `Gordo´ a ambos le dieron guataca”, narró el comerciante.
La fuente comentó que “deben haber más muertos pero no van a aparecer, ahí quien manda es la guerrilla, lo que pasa es que los malandros son más”.
Dijo que la situación de inseguridad en las minas siempre existió, pero con la llegada del exgobernador Francisco Rangel Gómez se incrementó, aunque parezca contradictorio porque se trató de la máxima autoridad de la región. “Esa gente se repotenció porque Rangel Gómez los armó hasta los dientes para tener el control de los yacimientos.
Cuando estaba `El Topo´ y antes de `El Topo´ cada territorio tenía su pran, en El Callao habían dos, en Tumeremo había uno, en Las Claritas había otro, en El Dorado había otro, pero a esos los exterminaron quedan como dos, el de El Dorado y el de Las Claritas, `Juancho´ como que le dicen”.
Agregó que parece mentira que las personas se expresen así de un grupo irregular, que cometen hechos ilícitos, “pero es la verdad, no se trata de enaltecer lo malo, pero es lo que vivimos y te lo cuento para que allá en Caracas lean esta realidad”, aseveró al querer dejar claro que no está de acuerdo con estos grupos al margen de la ley.
Comentó que los guerrilleros no andan uniformados, “tipo militar”. Casi siempre siempre visten de negro con algún brazalete que los identifica.“Porque andan alineados”.
Indicó que la presencia de las fuerzas armadas es sólo en la vía, en la troncal 10, las típicas alcabalas que se pueden apreciar hacia la Gran Sábana, pero adentro en la selva muy pocas o ningunas. Inclusive explicó que existen alcabalas de indígenas, pero la guerrilla los respeta, “no se meten con ellos”.
“Los guardias no se meten para la selva, ellos están en la vía viendo a ver a quien matraquean, quienes hacen servicio a la selva son los motorizados, son como mil, a diario son los que llevan abastecimiento, ron, gasolina, drogas, mujeres a las minas”. Asimismo, manifestó que hay yacimientos que quedan a cientos de kilómetros de distancia.
“Hay minas que quedan a dos y tres días por carreteras de tierra o atravesando ríos. Muchas veces montan las motos en palos (curiaras) para llevarlas a algún lado, y bueno quienes tienen mucho dinero pagan helicóptero para llevar algo muy importante a lugares muy lejanos, pero ese servicio es caro”, comentó.